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18 de Marzo
Sabemos que como mamás, siempre estamos preparadas para que, a cierta edad, nuestros hijos empiecen a hacer preguntas difíciles de responder, que nos hacen sonrojar y que, en ocasiones, terminamos respondiendo sin dar muchos detalles o confundiéndolos más. Por eso, aquí queremos darte algunos tips que te ayudarán a hablar sobre sexo con tus hijos de la mejor manera. ¿Estás preparada? ¡Esto te va a servir muchísimo!
Aunque es normal que a tu hijo adolescente le hablen sobre sexo en el colegio, ¡la educación sexual no debe quedar en manos solo de los profesores! En casa, también es importante que se refuercen estos temas y que se les dé a los jóvenes la confianza para hacer preguntas para que así, no terminen resolviéndolas a través de internet o con sus mejores amigos.
Hablar sobre sexo con tus hijos, les dará seguridad para disfrutar de su sexualidad al máximo, les permitirá tomar decisiones importantes sobre este tema, los hará menos influenciables y les ayudará a estar preparados para explorar este mundo con responsabilidad y seguridad.
¡Rompe el hielo! Esta es una de las partes más difíciles, pero vale la pena. Elige un espacio en el que tu hijo te pueda prestar toda su atención, sin muchas interrupciones. Un viaje largo en el auto puede ser un buen momento para abordar el tema. ¿Cómo hacerlo? La clave es hacerlo con tranquilidad y seguridad así tus hijos podrán hablar contigo sin pena y sin misterio.
¡Habla del sexo como algo positivo! La idea es educarlo y no asustarlo. Claro que le puedes contar sobre los riesgos que existen, pero también sobre lo mucho que lo podrá disfrutar si explora su sexualidad con responsabilidad y con la persona indicada. Explícale cómo cuidarse y cómo cuidar a su pareja.
¡Escúchalo! Debes estar preparada para lo que sea. Si tu hijo confía en ti y te cuenta que ya vivió algo para lo que tú crees que no estaba preparado ¡evita regañarlo! Háblale con amor, exponle tus puntos de vista y trata de que la conversación no termine en una batalla.
¡Cero prohibiciones! Aunque quisieras que tu hijo no empezara todavía a explorar su sexualidad con otra persona para protegerlo de todo peligro, evita que la conversación suene como si le estuvieras prohibiendo tener sexo porque, como un acto de rebeld ía y solo por querer llevarte la contraria, puede terminar apresurándose a vivir cosas para las que no está preparado.
¡Piensa en ambos sexos! Es normal que le hables a tu hija mujer sobre pastillas anticonceptivas y ciclo menstrual, pero ¡no olvides explicarle cómo se puede cuidar un hombre y cuáles son sus cambios! Así estará mejor preparado para vivir su sexualidad sin confusiones.
¡Sé sincera! Si tu hijo te hace alguna pregunta que no sabes responder, ¡no inventes! Reconoce que no tienes clara la información e invítalo a buscar juntos una respuesta.
¡Dale confianza! Así sabrá que puede volver a ti cada que tenga alguna pregunta o se sienta confundido frente a cualquier tema.
Lo más importante, sigue tu instinto. Como mamá siempre sabes exactamente qué hacer y cómo resolver cualquier situación y esta vez, ¡no será diferente! Aunque al principio puede parecer difícil hablar de sexo con tus hijos, después te lo agradecerás y tu hijo también.
¡Desde siempre! La sexualidad es parte natural de la vida, y la clave está en adaptar la información a la edad de tu hijo. Desde pequeños, los niños sienten curiosidad por su cuerpo y hacen preguntas que pueden parecer incómodas, pero lo mejor que puedes hacer es responder con naturalidad y sin tabúes.
Cuando son más chiquitos, puedes empezar con cosas sencillas, como enseñarles el nombre correcto de sus partes del cuerpo y hablar sobre el consentimiento (por ejemplo, que nadie debe tocarlos sin su permiso). A medida que crecen, puedes ir introduciendo temas como los cambios en la pubertad, las emociones y las relaciones sanas.
Lo importante es que sepan que pueden confiar en ti y que siempre estarás ahí para resolver sus dudas. Así evitarás que busquen respuestas en lugares que pueden confundirlos más. ¡Así que tranquila! No necesitas tener "la gran charla" de una sola vez, sino ir construyendo una conversación abierta y honesta con ellos desde pequeños.
Hablar de sexualidad con nuestros hijos ya es un reto, pero cuando se trata de ciertos temas más complejos, la conversación puede volverse aún más difícil. Sin embargo, estos temas son igual de importantes, y es mejor que los escuchen de ti antes que de fuentes poco confiables:
Es normal que los adolescentes se cuestionen sobre su identidad y orientación. Si tu hijo te hace preguntas sobre esto, lo mejor es escucharlo sin juzgar y asegurarte de que sepa que tu amor es incondicional. No necesitas tener todas las respuestas, pero puedes aprender junto a él. Lo más importante es que se sienta seguro de hablar contigo sin miedo a ser rechazado.
El amor no duele. Enséñales a tus hijos a identificar señales de alerta en una relación: celos excesivos, control, manipulación o cualquier tipo de agresión. A veces, los adolescentes normalizan conductas tóxicas porque creen que son una prueba de amor, así que es fundamental que sepan la diferencia entre una relación sana y una dañina.
Es fundamental hablar sobre métodos anticonceptivos, infecciones de transmisión sexual y el impacto del alcohol y las drogas en la toma de decisiones. La idea no es asustarlos, sino darles información realista para que puedan protegerse. Recuerda: la educación es la mejor herramienta de prevención.
Cuando pensamos en sexualidad, muchas veces lo primero que se nos viene a la mente es el acto sexual. Pero la realidad es que la sexualidad va mucho más allá de lo físico: incluye emociones, afecto, identidad y la manera en que nos relacionamos con los demás. Hablar de sexualidad con nuestros hijos no significa solo explicar cómo funciona el cuerpo, sino también enseñarles sobre el amor, el respeto y las relaciones sanas.
Las relaciones no se construyen solo sobre la atracción física, sino sobre la conexión emocional. Explícales a tus hijos que el afecto se expresa de muchas formas: a través de una conversación sincera, un abrazo, una mirada de complicidad o el simple hecho de estar presente para alguien. Enseñarles a valorar la intimidad emocional les ayudará a tomar mejores decisiones en sus relaciones.
A medida que crecen, los adolescentes deben entender que el sexo es una decisión personal que no debe tomarse por presión social, sino cuando realmente se sientan listos. Explícales que hay muchas formas de expresar cariño y que el sexo es solo una de ellas, no la única. También es importante hablarles de la responsabilidad que conlleva, incluyendo el cuidado de su cuerpo y el de su pareja.
Cuando hablamos de sexualidad, no solo hablamos de sexo, sino de autoestima, emociones y la forma en que nos relacionamos con los demás. Si queremos que nuestros hijos vivan su sexualidad de manera saludable y feliz, debemos brindarles información clara y honesta, sin miedo ni tabúes.
Recuerda: más allá de la genitalidad, la sexualidad es amor, respeto y conexión. Y la mejor manera de enseñarlo es con el ejemplo.
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