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2 de Abril
Si ya te llegó la menstruación, seguramente estás familiarizada con los cólicos menstruales. Si aún no has tenido tu primer periodo, ¡este artículo te será de gran ayuda para lo que viene! Los cólicos menstruales, también son conocidos como dismenorrea o dolores en la parte baja del abdomen.
Todas somos diferentes y por eso podemos presentar síntomas diversos. Quédate leyendo este artículo para comprender por qué ocurren estos cólicos y cómo podemos aliviarlos.
Los cólicos menstruales son esas molestias o dolores que sentimos en la parte baja del abdomen durante los días previos o durante nuestra menstruación. Estos pueden ir desde calambres suaves hasta punzadas intensas.
¿Sabías que tienen un propósito? Los cólicos menstruales ocurren porque nuestro útero se contrae para desprender el revestimiento que no es necesario cuando no hay embarazo. Este proceso es completamente natural y forma parte de nuestro ciclo menstrual.
Aunque los cólicos son normales y, en cierto modo, una señal de que nuestro cuerpo está funcionando correctamente, nunca debemos ignorar cuando el dolor es demasiado intenso o interfiere con nuestras actividades diarias. Si esto ocurre, es importante consultarlo con un especialista.
Cuando escuches que te estén hablando de dismenorrea o dolor menstrual, ¡se refieren exactamente al mismo dolor que acompaña la menstruación! Como te puedes dar cuenta es una condición a la cual debemos prestarle atención cuando comienza a afectar nuestro estilo de vida; cuando nos obliga a quedarnos en casa, no ir a nuestra rutina de gym, faltar un día al trabajo o al cole, incluso, cuando no nos queda de otra que recurrir a medicamentos para poder sobrellevarlo.
Aunque es normal sentir algo de molestia durante esos días, si el dolor se vuelve demasiado intenso o no mejora con el tiempo, podría ser señal de que algo no anda bien con nosotras.
Memoriza muy bien esto, ¡existen dos tipos de dismenorrea!
La dismenorrea primaria, que es la más común y aparece desde la adolescencia, justo cuando comienzas a tener tu menstruación. Suele ser causada por las contracciones del útero y no está relacionada con ningún problema médico.
La dismenorrea secundaria, se trata de un dolor más intenso que puede ser signo de una condición de salud a la cual hay que prestarle atención, como la endometriosis o los fibromas uterinos, pero esto es más común en mujeres mayores de 30 años.
Los cólicos menstruales son causados principalmente por las prostaglandinas, unas sustancias similares a las hormonas que ayudan a que el útero se contraiga para eliminar el revestimiento que no es necesario cuando no hay embarazo. Estas contracciones son naturales, pero cuando hay un exceso de prostaglandinas actuando al mismo tiempo, pueden provocar más dolor del habitual.
Sin embargo, el dolor no solo depende de las prostaglandinas. Factores como el estrés, la alimentación o la falta de ejercicio también pueden influir en la intensidad de los cólicos. Por eso, llevar un estilo de vida saludable y prestar atención a tu cuerpo puede ayudarte a manejarlos mejor. Si el dolor es muy intenso, consulta con un especialista para recibir el cuidado adecuado.
Los cólicos suelen empezar uno o dos días antes de tu período y pueden durar los primeros dos o tres días del mismo. Es como si nuestro cuerpo nos estuviera dando una advertencia para que nos preparemos muy bien. Algunas de nosotras sentimos un dolor más fuerte al inicio de cada menstruación, mientras que otras lo tienen de forma más leve durante todo el periodo; incluso, hay quienes no sufren de cólicos menstruales… ¡Todo un sueño!
Los cólicos menstruales pueden manifestarse de diversas maneras en cada mujer. Los síntomas más comunes incluyen:
Dolor en la parte baja del abdomen: este dolor puede ser punzante o tipo calambre, y su intensidad varía entre mujeres.
Dolor que se irradia a la parte baja de la espalda o los muslos: es habitual que el malestar se extienda a estas áreas durante la menstruación.
Cansancio o fatiga generalizada: muchas mujeres experimentan una sensación de agotamiento durante su periodo.
Sensación de presión o calambres: los músculos uterinos se contraen para facilitar la expulsión del revestimiento uterino, lo que puede generar esta sensación.
Náuseas o mareos: algunas mujeres pueden experimentar molestias gastrointestinales o sensación de inestabilidad.
Es importante destacar que estos síntomas suelen disminuir a medida que avanza la menstruación. Sin embargo, si el dolor es tan intenso que interfiere con tus actividades diarias, es recomendable consultar a un profesional de la salud para una evaluación adecuada.
Como te comentamos anteriormente, los cólicos menstruales no son peligrosos, son naturales y podemos encontrar muchas maneras para sobrellevarlos. Pero, ¡ojo!, si el dolor es muy intenso y viene acompañado de otros síntomas como fiebre, sangrados muy abundantes y dolor de cabeza, podría ser tu cuerpo diciéndote: ¡vamos donde el especialista!
Aquí viene la parte más interesante de este artículo: ¿qué podemos hacer para despedirnos de los cólicos menstruales? Y, aunque no tengamos la respuesta correcta porque probablemente no exista, sí traemos algunos consejos que pueden aliviar un poco el dolor durante los días de menstruación.
¡Anótalos y cuéntanos cómo te va con ellos!
¡Las mamás y las abuelas son expertas en esto! Estamos seguras de que, si le preguntas a la tuya, te dará una fórmula natural increíble que te hará sentir mejor. Por ejemplo, dicen que las infusiones de manzanilla, canela o jengibre son ideales para relajar los músculos del útero y también para reducir la inflamación.
Dígannos quién no se siente mejor después de tomar algo caliente.
El calor es otro remedio muy útil para los cólicos, ya hemos visto a muchas de nuestras amigas poner compresas calientes en su abdomen para relajar los músculos, aumentando así el flujo sanguíneo en la zona y calmando el dolor. Puedes intentarlo tú también y ver qué tal te va con esta opción.
Si no tienes una compresa, puedes hacerlo con alg ún paño humedecido o una botella con agua caliente.
Aunque no siempre nos apetece movernos durante esos días, el ejercicio suave como caminar, practicar yoga o hacer algunos estiramientos, puede darnos buenos resultados. Como lo sabemos, la actividad física ayuda a liberar endorfinas, esas hormonas que son, por naturaleza, un analgésico para el cuerpo.
Tu alimentación, especialmente en los días de menstruación, también puede influir en el dolor. Así que, te recomendamos evitar alimentos muy procesados, con mucha sal o azúcar, ya que pueden inflamarte y hacer que los cólicos menstruales sean un poco más fuertes.
Sí, mantener relaciones sexuales puede aliviar los cólicos menstruales. Durante el orgasmo, el cuerpo libera endorfinas y oxitocina, sustancias que actúan como analgésicos naturales, ayudando a reducir el dolor. Además, las contracciones uterinas durante el orgasmo y su posterior relajación pueden disminuir la intensidad de los calambres.
Es importante que optes por este método solo si te sientes cómoda y lo deseas. No hay necesidad de forzarlo; lo fundamental es tu bienestar y consentimiento en todo momento.
Conocer tu cuerpo es esencial para identificar cuándo algo no está bien. Si tus cólicos menstruales se sienten diferentes, empeoran con el tiempo o interfieren significativamente en tus actividades diarias, es importante que consultes a un profesional de la salud. Estos síntomas podrían indicar una afección subyacente que requiere atención médica.
Recuerda que, aunque el dolor menstrual puede ser común, no debes normalizar un malestar que afecta tu calidad de vida. Si experimentas dolor intenso, fiebre, secreción vaginal inusual o dolor que persiste incluso fuera de tu período menstrual, busca atención médica para recibir el tratamiento adecuado.
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